miércoles, 4 de marzo de 2009

Amor a Gabriela

Me enamoré de Gabriela y los sucesos ulteriores no podrán negar su esencia.
Mis labios rosados burlaran su ineludible destino.
No consentirán mitigar sus ansias con aquel sabor terroso al que tantos quieren llegar.
No consentirán, tampoco, el impugnable hecho del que pronto seria parte.
Esquivaran el material y abrazaran su sombra.

Uno de los dedos de Gabriela declara su autenticidad.
Ya está cansada de la monotonía, ya estoy cansado de la negligencia.
La trifulca de los miembros ya quedó saciada, bendecida y encomiada.

El amor a Gabriela no se erige de silogismo de doble función, el amor a Gabriela es la concatenación de las acciones sublimes de sus sentidos, la erradicación absoluta de mis miembros y la interminable espera que ríe, juega y ama.

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