jueves, 15 de enero de 2009

Feliz Cumpleaños hombre


Mi cabeza cae hacia atrás.
Últimamente he estado observando más de lo normal y eso ha traído consigo un pensamiento que punza y me aqueja.
Se ve como las manos aprietan el pasamanos cromado. No se preocupan tanto por si se sueltan, ya que están seguras o se sienten seguras. Todas se ven con las mismas posibilidades, todas pueden no –caerse, todas están cuidaditas.

Siempre existe la eterna súbdita.

Ahora una de las manos tambalea, pues el carro transita sobre cráteres y esto hace que apriete más. Miro a las otras parecen estar muy cómodas y confiadas. Las analizo mejor y me doy cuenta que no tienen miedo, por lo menos no uno aparente, y solo pasan el rato. Pueden sujetarse sin ningún esfuerzo. No pasa lo mismo con la otra mano, ella lucha cada segundo por no resbalar, ella tiene más corazón y es mas sensible, más creativa e inteligente. No veo por qué no puede idear un plan y hacer que su estancia sea mas placentera. Cada vez que el carro avanza ella cae un poco más. Las otras se mueven y se acomodan, una que otra hasta se suelta y vuelve a su lugar. Ya va a caer. De pronto las otras tambalean, pero ella ya esta muy abajo. Solo falta una curva más, el carro va a cruzarla y la mano se sostiene solo de su sombra.

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