Me gusta lo grave. Me gusta mientras me veo entre casas de piedra y vestidos flameantes y la briza, esa briza que a veces huele mal. El punteo suena y otra vez estoy quieta. Uno dos tres, sigo quieta. Ya no hay madera ni telas ni nada. Las fachadas de piedra otra vez se ven sucias, grafiteadas. ¿Y el sonido grave?. ¡El sonido grave!. Sigo gritando por el sonido grave. El sonido grave raspa. Cinco gotas de saliva no demuestran deseo. Un silbido agudo quiere salir. No dejo que salga. Otra vez punza. Oh, el punteo regresó. Y ya no huele a mar. Mira. Ahora. Veo al centro y todo. Diáfano atestado de luz. Lo grave aparece y suena. Las casas de piedra. Los vestidos. La briza. La punzada. El punteo. Lo grave. La gravedad. Lo grave. Ya no huele a mar. Que caliente. Quiero gotas de sudor. Ya estoy pisando un papel otra vez. Oliendo la temperatura y sintiendo que el mar ya escupió un tsunami. La presión, en la altura, te tapa los oídos. No escucho. Oigo como lo grave se acerca y muevo los dedos. Ya no quiero lo grave por ahora. España aplasta. Te aplasta. España juega a ser Italia. Italia aplasta. Italia te mata. La toscana amarilla me planta. Árbol de flores moradas. Arcos. Tejados. El sueño. Un libro nuevo. Todo vomitado. Todo febril. Punza con más fuerza. Ahora el punteo creó una nueva escala. Se agudiza. ¿Qué es eso?. Silba. Me rompe los tímpanos. Sangra. Sangro. Y babeo. No puedo creer que otra vez mueva mis dedos. Un pie lo intenta pero no lo dejo. Un ser lo disfruta. Ya son veinte gotas. Veinticinco. El pie pisa el charco. Cincuenta. Ya no existe. Tarareo con los ojos. Sin tímpanos lo agudo es más agudo. Lo grave me patea. No recuerdo el mar. Se encendió una vela. Sentí que me quemaba. Pero no es fácil dejar Aranjuez. El mar vuelve a oler. Está extraño. Me estaba esperando. Veo mi piel. Esta roja. Está quemada. El punteo desaparece. Las punzadas se escapan. Los vestidos se volvieron de colores. La piedra ahora esta sola en el piso. Lo grave pasó a ser no-grave. La agudeza me devolvió los tímpanos. España se aburrió de ser Italia. No hay falanges en los dedos. Ya uso mis piernas para caminar. Mi cuerpo esta caliente. A la temperatura le gusta darme unas palmaditas en la espalda. Me llena de saliva. Le gusta lamer la cara. Pienso en Aranjuez. Ya no seré vieja en un país sin niños. El próximo punteo lo hará una cuerda de cobre. No babearé. Un charco de cincuenta gotas no volverá. Me gusta lo grave. Me gusta la fachada de piedra. Amo lo asqueroso de pensar agudo. Cae saliva. Me quedo con el mar.
(Lease el . como punto)
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